PRIMER DÍA
“Hoy,
tráeme a toda la humanidad y especialmente a
todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de
Mi misericordia. De esta forma Me consolarás
de la amarga tristeza en que Me sume la
pérdida de las almas”(Diario, 1210)*.
Roguemos para que Dios se digne mostrar Su
Misericordia a toda la humanidad.
Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es
la de tener compasión de nosotros y de
perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino
la confianza que depositamos en Tu bondad
infinita. Acógenos en la morada de Tu muy
compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de
Él. Te lo suplicamos por Tu amor que Te une al
Padre y al Espíritu Santo.
Oh
Omnipotencia de la Divina Misericordia,
Salvación del hombre pecador,
Tú
eres la misericordia y un mar de compasión,
Ayudas a quien Te ruega con humildad.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la
humanidad y especialmente a nosotros pobres
pecadores que estamos encerrados en el Corazón
de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa
Pasión muéstranos Tu misericordia para que
alabemos Tu omnipotencia por los siglos de los
siglos. Amén. (Diario, 1211)*
SEGUNDO
DÍA
“Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y
las almas de los religiosos, y sumérgelas en
Mi misericordia insondable. Fueron ellas las
que Me dieron fortaleza para soportar Mi
amarga Pasión. A través de ellas, como a
través de canales, Mi misericordia fluye hacia
la humanidad” (Diario, 1212)*.
Roguemos por los sacerdotes, los religiosos y
las religiosas, pues por ellos se derrama la
Misericordia de Dios sobre la humanidad.
Jesús misericordiosísimo, de quien procede
todo bien, aumenta Tu gracia en las almas de
Tus sacerdotes, Religiosos y Religiosas, para
que realicen dignas obras de misericordia, de
manera que todos aquellos que los vean,
glorifiquen al Padre de misericordia que está
en el cielo.
La
fuente del amor de Dios,
Vive en los corazones limpios,
Purificados en el mar de misericordia,
Resplandecientes como las estrellas,
Claros como la aurora.
Padre Eterno, mira con misericordia al grupo
elegido de Tu viña, a las almas de los
Sacerdotes, Religiosos y Religiosas; otórgales
el poder de Tu bendición. Por el amor del
Corazón de Tu Hijo, en el cual están
encerradas, concédeles el poder de Tu luz para
que puedan guiar a otros en el camino de la
salvación, y a una sola voz canten alabanzas a
Tu misericordia sin límite por los siglos de
los siglos. Amén. (Diario, 1213)*.
TERCER DÍA
“Hoy, tráeme a todas las almas devotas y
fieles, y sumérgelas en el mar de Mi
misericordia. Estas almas Me consolaron a lo
largo del Vía Crucis. Fueron una gota de
consuelo en medio de un mar de amargura”
(Diario, 1214)*.
Roguemos por todos los fieles Cristianos.
Jesús infinitamente compasivo, que desde el
tesoro de Tu misericordia les concedes a todos
Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la
morada de Tu clementísimo Corazón y nunca nos
dejes escapar de Él. Te lo suplicamos por el
extraordinario amor Tuyo con que Tu Corazón
arde por el Padre celestial.
Son impenetrables las maravillas
de
la misericordia,
No
alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo,
Miras a todos con compasión,
Y
atraes a todos a tu amor.
Padre Eterno, mira con misericordia a las
almas fieles como herencia de Tu Hijo y por su
dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y
rodéalas con Tu protección constante para que
no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe,
sino que con toda la legión de los ángeles y
los santos, glorifiquen Tu infinita
misericordia por los siglos de los siglos.
Amén. (Diario, 1215)*.
CUARTO DÍA
“Hoy, tráeme a los que no creen en Mi y aquellos que
todavía no Me conocen. También pensaba en
ellos durante Mi amarga Pasión y su futuro
celo consoló Mi corazón. Sumérgelos en el
mar de Mi misericordia” (Diario, 1216)*.
Roguemos por todos los que no conocen a Dios
y que aún viven en la ignorancia de la
Misericordia Divina.
Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo
entero. Acoge en la morada de Tu piadosísimo
Corazón a las almas de los que no creen en Tí
y a las almas que
todavía no Te conocen. Que los rayos de Tu
gracia las iluminen para que también ellas
unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia
admirable y no las dejes salir de la morada de
Tu compasivísimo Corazón.
La
Luz de Tu amor
Ilumine las tinieblas de las almas.
Haz que estas almas Te conozcan,
Y
junto con nosotros glorifiquen
Tu
misericordia.
Padre Eterno, mira con misericordia a las
almas de aquellos que todavía no creen en Ti y de los que todavía
no Te conocen, pero que están encerrados en el
muy compasivo Corazón de Jesús. Atráelas hacia
la luz del Evangelio. Estas almas desconocen
la gran felicidad que es amarte. Concédeles
que también ellas ensalcen la generosidad de
Tu misericordia por los siglos de los siglos.
Amén. (Diario, 1217)*
QUINTO DÍA
“Hoy, atráeme a las almas de los
hermanos que creen en Mí, y sumérgelas en el mar de Mi
misericordia. Durante Mi amarga Pasión,
desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir,
Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis
llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi
Pasión” (Diario, 1218)*.
Roguemos por los hermanos que creen en Cristo, para que vuelvan pronto a la unidad
de la Santa Iglesia.
Jesús sumamente misericordioso, que eres la
bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te
la piden. Acoge en la morada de Tu muy
compasivo Corazón a las almas de los que creen
en Tí y llévalas con
Tu luz a la unidad de la Iglesia; no las dejes
alejarse de la morada de Tu compasivísimo
Corazón, sino haz que también ellas
glorifiquen la generosidad de Tu misericordia.
También para aquellos que rasgaron
la
vestidura de Tu unidad
Brota de Tu Corazón la fuente de piedad.
La
omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,
Puede sacar del error también a estas almas.
Padre Eterno, mira con misericordia a las
almas que creen en Jesús, pero han malgastado Tus bendiciones y han
abusado de Tus gracias por persistir
obstinadamente en sus errores. No mires sus
errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga
Pasión que sufrió por ellos, ya que también
ellos están acogidos en el sumamente compasivo
Corazón de Jesús. Haz que también ellos
glorifiquen Tu gran misericordia por los
siglos de los siglos. Amén. (Diario, 1219)*.